芦Participamos de una operaci贸n hist贸rica禄

El director de Finanzas de Banco Santander Uruguay brinda detalles de lo que signific贸, para el pa铆s y para la instituci贸n, como estructuradora y distribuidora, la operaci贸n de la deuda mediante la cual el gobierno coloc贸 en el mercado global, y por primera vez en la historia, bonos ESG por USD 1.500 millones.

Por Luis Cabrera

El gobierno uruguayo logró, en setiembre de este año, la emisión al mercado global de un nuevo bono indexado a indicadores de cambio climático (BIICC), en dólares, y con vencimiento final en 2034. La emisión alcanzó unos 1.500 millones de dólares y tuvo interés de 188 inversionistas de EEUU, Europa, Asia, Uruguay y otros países latinoamericanos.

Camino a lograr este objetivo, el  Ministerio de Economía y Finanzas,mediante la Unidad de Gestión de Deuda, solicitó cotización e ideas para financiar parte del año calendario a diferentes bancos locales, incluyendo a Banco Santander. Durante esa etapa de preparación surgió el plan de utilizar, por primera vez en la historia, bonos ESG, cuya tasa de interés está ligada al cumplimiento de objetivos medioambientales.

«El punto de partida para comprender la relevancia de esta operación en sí es el concepto de ESG, que está relacionado a los criterios ambientales, sociales y de gobernanza -de ahí la sigla en inglés-», detalló Gonzalo Bava, director de Finanzas de Banco Santander.

Como describe el ejecutivo, el factor ambiental concentra las decisiones que afectan al medioambiente (E); el factor social remite al impacto en las comunidades (S); y los criterios de gobernanza establecen el impacto que tiene el gobierno corporativo de la empresa (G), por ejemplo, la composición y diversidad de la plantilla, las políticas de transparencia, la conformación del directorio, entre otros tantos aspectos.

«Vale aclarar que hay dos tipos de bonos que se emiten normalmente: unos para propósitos específicos ESG, por ejemplo, que los flujos obtenidos se utilicen en un proyecto en concreto, por ejemplo, cambio de matriz energética de un país. La otra opción es que los fondos de la emisión puedan utilizarse para usos generales como es este caso, pero están atados al cumplimiento de índices climáticos», explicó Bava.

¿Qué hizo a esta emisión tan particular?
Todo [lo mencionado antes] hace que el bono ya sea particular, porque es un compromiso más del gobierno orientado a la agenda medioambiental global y al acuerdo de París de las Naciones Unidas. Ahora, lo que hace distinto a esta emisión es que la tasa de interés que pagará Uruguay a los inversores tenedores del bono está atada a dos indicadores de cambio climático. En concreto, aquí el compromiso se concentra en mantener la superficie de bosques naturales y en reducir la emisión de gases invernadero sobre el Producto Bruto Interno. En 2025, el país tendrá que cumplir dos metas asociadas a estos temas.

Por cada una que incumpla la tasa de interés se elevará en 0,15 puntos porcentuales mientras que, por cada uno de estos objetivos que sobre cumpla, la tasa de interés se reducirá en 0,15 puntos porcentuales. Quiero destacar que Uruguay fue el segundo país del mundo en emitir un bono con indicadores de cambio climático, es decir que utilice los fondos para usos generales, pero es el primer país del mundo en lograr que haya un premio en la tasa de interés si sobre cumple los objetivos planteados. Esto es un hito para las finanzas sostenibles a nivel mundial. Ningún país lo había hecho antes.

¿Qué significa para Santander haber participado en el lanzamiento del primer Bono ESG del país? ¿Con quiénes se trabajó para lograr este objetivo?
Participamos en una operación histórica. Seguramente con el paso del tiempo resignifiquemos el valor de lo logrado ya que abre la puerta a más emisiones de deuda de esta clase para el país e incluso a otros países. Hablamos de que puede ser el modelo del futuro, sobre todo con la particularidad de la bonificación en la tasa si se sobre cumplen metas.

El inversor recibirá menos cupón en ese caso y hubo que encontrar a esos inversores dispuestos a premiar a países que hagan bien sus tareas socioambientales. En este caso, como en otras emisiones de Uruguay, Santander puso a disposición todo su equipo -que implicó la participación de diferentes unidades del grupo de diferentes geografías-, su talento y alcance. El resultado fue óptimo. Destaco el gran trabajo que lideró la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas junto al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el Ministerio de Ambiente, y el Ministerio de Industria, Energía y Minería y Relaciones Exteriores. El trabajo que hicieron para lograr el marco de actuación en esta emisión fue espectacular.

¿Qué tipo de inversores accedieron al bono?
Las principales cuentas que participaron como inversionistas fueron institucionales. Cuentas de Estados Unidos, Europa, Asia, Uruguay y otros países de la región. Luego se comienza a distribuir a nivel individuos. Hubo mucho interés y participación de fondos de inversiones fuertemente vinculados a criterios ESG de todas partes del mundo. El gran desafío consistió en armar el marco que mencionaba y explicar lo desafiante de las metas planteadas, que tenían su exigencia y demostrar que los indicadores iban a ser observados y auditados por terceros en tiempo y forma.

¿Cómo se posiciona Uruguay frente a la agenda ESG global?
Si bien Uruguay hace tiempo incorporó la agenda como una referencia, el bono profundiza su compromiso. Hablando claro: demuestra con hechos concretos que está para grandes cosas. Por primera vez, para lograr la emisión, previamente hubo que reunir a cinco carteras ministeriales y obtener compromisos no solo en relación a métricas sino también a informes que se deben completar, lo que nos coloca en una posición de países desarrollados.

¿Cómo describirías al mercado uruguayo en materia de ESG?
Como en el mundo, cada vez más se va tomando conciencia en este aspecto. En Uruguay la tónica es la misma y en forma creciente. Quizás a un ritmo menor de lo deseado, pero no veo vuelta atrás en este aspecto. El camino está marcado, son muchas las empresas que ya están con estos temas como prioridad, Uruguay está participando de forma muy activa y nosotros desde Santander Uruguay estamos comprometidos y orgullosos de compartir el camino.

DOS EJES DE SANTANDER: CULTURA Y SUSTENTABILIDAD

A nivel global, y en Uruguay, Santander ha logrado avances significativos en estas materias, explica Bava. «Localmente trabajamos en base a dos grandes ejes: cultura y sostenibilidad», detalló el ejecutivo. «Tanto interna como externamente, el banco coordina múltiples programas de apoyo a la comunidad y compromiso sostenible con el medioambiente, promoviendo a todo nivel la accesibilidad, inclusión social y la educación financiera y socioambiental».

«El negocio que generamos también se rige por los mismos criterios: valoramos y priorizamos las inversiones sostenibles a todo nivel, desde las grandes empresas hasta individuos», agregó. «Otorgamos líneas de crédito y condiciones preferenciales para adquisición de vehículos eléctricos, construcción de fuentes de energías alternativas, adquisición de productos de consumo ecoeficientes, acompañamos proyectos de construcción sustentables, entre otros».

«A su vez, estamos formando alianzas con socios estratégicos para dar un paso más y no solo brindar financiación, sino también el asesoramiento necesario para acompañar a nuestros clientes a transitar la sostenibilidad», señaló.

«Cada vez prevalecen más en el ecosistema empresarial los conceptos ESG, y Banco Santander los tiene presente en su actividad», subrayó Bava. «Son claves para asegurar un compromiso fundamental: alinear los beneficios de la empresa para que tengan un impacto positivo en la sociedad».