¿Qué nos dejó el COP26?

Reducciones de carbono, cuidados de los bosques y de los océanos, nuevos planes de financiamiento y caminos hacia las tecnologías renovables y limpias son algunos de los logros de la 26a Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP).

Por Federica Bordaberry, especial para The Select Experience

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, abrió el COP26 en Glasgow, Escocia, afirmando: «O paramos, o nos para. Es tiempo de decir que ya es suficiente. Ya es suficiente de brutalidad contra la biodiversidad, de matarnos con carbono; ya fueron suficientes los incendios, las inundaciones, los derretimientos de los glaciares».

Y agregó: «Estamos cavando nuestra propia tumba».

El COP26 cerró el sábado 14 de noviembre con el reconocimiento de casi 200 países que participan en las negociaciones de las Naciones Unidas, los cuales acordaron que los esfuerzos que estaban previstos para frenar el calentamiento global no eran suficientes. Por eso, se instó a los gobiernos a aumentar sus objetivos de recorte de emisiones para la década.

Es que los cambios no pueden hacerse de la noche a la mañana. 
En el mejor de los escenarios, la temperatura aumentará dos grados centígrados en todo el mundo y los países más afectados serían los países en desarrollo. «Fallar no es una opción, sino una sentencia de muerte», sentenció el secretario general.

«Ha llegado la hora de que desde las profundidades del océano hasta el tope de las montañas, desde los glaciares que se están derritiendo hasta los desiertos veamos los daños que hemos creado en los últimos 200 años para hacer que el calentamiento sea cada vez más acelerado», continuó diciendo Guterres.

Cada año se lleva a cabo una Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP) y cada año el secretario general de la ONU da un discurso en la apertura, pero ¿qué diferencia hay entre las veinticinco anteriores y esta?

Este es un momento particular porque la ciencia dice que hay riesgo de que el planeta se exceda de temperatura. Solamente con 1,5 grados de calor extra habrán catástrofes.

El daño sería particularmente para América Latina y el Caribe porque son regiones vulnerables a los impactos del cambio climático, específicamente el sector agrícola. Esos 1,5 grados extra podrían significar una subida del nivel del mar de 48 centímetros que desplazarían a 46 millones de personas. Podría significar que desaparezca entre el 70% y el 90% de los arrecifes de coral, que haya dos meses y medio de sequía anuales, que la probabilidad de incendios aumente a un 41%. Podría significar que haya, incluso, un declive de producción en productos esenciales. Si la temperatura aumenta dos grados, todo sería mucho peor.

A la cumbre asistieron alrededor de 40.000 personas, lo cual sirvió para poner al cambio climático en el foco de la atención internacional. A pesar de críticas y manifestaciones por parte de organizaciones como Fridays For Future, liderada por la activista Greta Thunberg, el COP26 logró acuerdos en pos del cambio climático.

El problema del carbono Fue la primera vez que en una conferencia climática se incluyó una referencia explícita a la reducción de carbono y a los subsidios de combustibles fósiles. Estos dos son los principales causantes de los gases que generan el efecto invernadero en la capa de ozono.

Después de dos semanas de negociaciones con respecto a estos puntos, el presidente de la COP26, Alok Sharma, se disculpó por cómo se había suavizado la referencia al carbono en el último documento firmado por los países. Si el miércoles previo a que terminara la conferencia el borrador de documento divulgado decía «acelerar el fin del carbono y los subsidios a los combustibles fósiles», el último solo pide «acelerar la eliminación del carbón sin sistemas de captura de carbono».

Entonces, en vez de eliminar los subsidios a combustibles fósiles, se llama a los países a terminar con «subsidios ineficientes», lo cual todavía habilita a algunos países a mantener subsidios para la población.

El compromiso del metano

Los líderes mundiales también se comprometieron a reducir los niveles de emisión de metano en un 30% para 2030. La iniciativa, presentada por Estados Unidos y la Unión Europea, es una forma eficaz y rápida de frenar el calentamiento global ya que el metano se mantiene en la atmósfera, más o menos, nueve años y luego se desvanece gracias a las reacciones químicas del ambiente. Este acuerdo se llamó el «Compromiso Global de Metano» y Uruguay se encuentra entre los firmantes del mismo.

La promesa del financiamiento

Doce años atrás, también en una COP, pero en Copenhague, los 192 países que estaban reunidos establecieron una serie de acuerdos para mitigar los efectos del cambio climático. Los países desarrollados asumieron la responsabilidad de aportar 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Estos son los que tienen mayores necesidades a la hora de implementar planes locales de control climático.

Esa promesa nunca llegó a cumplirse. En 2019 se habían aportado 79.600 millones de dólares, siendo la cifra de 2020 aún desconocida, pero la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) adelantó que no es favorable.

Este 2021, la mayoría de los países hizo hincapié en la importancia del financiamiento climático por parte de los países desarrollados y la necesidad de que esta sea equitativa para la adaptación y para la mitigación al mismo tiempo. Durante la conferencia, se instó a continuar con los pagos y a cumplirlos adecuadamente.

En esa línea hubo compromisos de países como Japón, España y Suiza. Escocia, por ejemplo, prometió un millón de libras para apoyar a los países en vías de desarrollo. Los países africanos, incluso, dijeron que invertirán 6.000 millones de dólares de sus ingresos fiscales en adaptación al cambio climático y pidieron a los países desarrollados una ayuda anual de 2.500 millones de dólares, durante los próximos cinco años, para poder alcanzar sus objetivos.

El cuidado de los bosques Más de 100 líderes mundiales se comprometieron a detener la deforestación durante la próxima década. Líderes de países importantes en esta materia, como el chino Xi Jinping, el brasileño Jair Bolsonaro y el estadounidense Joe Biden firmaron la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre el Uso de los Bosques y la Tierra.

La transición energética Se firmó una nueva Asociación de Transición Energética Justa entre el Reino Unido, la Unión Europea y Estados Unidos con Sudáfrica para ayudar a esta última a reducir la dependencia del carbón del país. Uruguay, por su parte, es el segundo país en el mundo con mayor incorporación de energías renovables en su matriz energética. Y de ella, la mayor parte, por lejos, es la eólica. El único que lo supera es Dinamarca.

Tecnologías limpias

Se formó un plan para introducir tecnologías limpias, que implica elementos como electricidad limpia y vehículos eléctricos, para reducir sus costos altos de compra al público, la cual sería la razón principal de por qué no se han insertado en el mercado aún. Este pacto ha sido firmado por los líderes mundiales incluidos Reino Unido, Estados Unidos, India y China. En Uruguay, ya se ha bajado el impuesto del IVA (o Imesi) a los autos eléctricos.

Áreas protegidas

Guillermo Lasso, actual presidente de Ecuador, anunció que ampliaría de manera masiva las reservas protegidas alrededor de las Islas Galápagos. Si antes tenían 130.000 kilómetros cuadrados de océanos protegidos alrededor de las islas, ahora se sumarán 60.000 kilómetros cuadrados más.

El foco en Uruguay

Azucena Arbeleche, ministra de Economía y Finanzas, comenzó a presidir en noviembre de 2021 el Comité de Desarrollo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. En ese contexto, fue moderadora en el panel «Movilización de financiamiento para países emergentes y de desarrollo» del COP26.

Allí manifestó que el gobierno uruguayo está trabajando en un bono soberano que incorporará criterios ambientales que tienen como objetivo cumplir lo establecido en el Acuerdo de París en el COP de 2015. El mismo planteará que los préstamos de organismos multilaterales incorporen las métricas ambientales, que se basarán en las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC).

Por su parte, el ministro de Ambiente, Adrián Peña, afirmó durante su discurso en el COP26 que Uruguay se adhirió a la alianza para abandonar el carbono y que, a partir de 2022, las gasolinas pasarán a tener un impuesto específico al dióxido de carbono. Por cada tonelada emitida, se deberá pagar 120 dólares. De esta manera, Uruguay confirma su meta aspiracional de «neutralidad» con respecto al dióxido de carbono para 2050.

De la cumbre internacional no salió la solución mágica para detener el cambio climático, es cierto, pero se dieron pasos hacia las reducciones de los gases de efecto invernadero que están aumentando la temperatura del planeta. Ahora depende de los países involucrados la velocidad con la que cumplan y si lo harán en la próxima década.